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Hasta hace seis años atrás, la joven británica Nicola King tenía pocas posibilidades de sobrevivir. Su cabello se había caído, sus períodos menstruales habían desaparecido y el constante dolor corporal aumentaba.

Con 16 años comenzó leyendo las calorías que tenía cada alimento, posteriormente eliminó al chocolate de su dieta, después dejó de comer e incluso abandonó la toma de agua. Cuando quiso darse cuenta ya estaba sumergida en la anorexia.

Al borde de la muerte, se vio obligada a recorrer distintos hospitales. Su peso apenas alcanzaba los 25 kilos y su indice de masa corporal era de una niña de ocho años. Los médicos llegaron a confirmarle a la familia que algunos de sus órganos vitales habían empezado a dejar de funcionar.

Poco a poco la oriunda de Andover, localidad situada en el condado inglés de Hampshire, empezó a mejorar tras haber estado seis meses internada y alimentándose a través de una sonda.

Pero no fue hasta el año 2015 que realmente deseó aumentar su masa muscular. En su proceso de recuperación, dentro de un gimnasio, conoció el fisicoculturismo y a partir de allí cambió su vida.

Tan sólo 18 meses le bastaron para tonificar su cuerpo, para revivirlo de aquella enfermedad. Cambió su figura notablemente, a tal punto que llegó a coronarse campeona en abril del Pure Elite Tournament del Reino Unido, bajo la categoría «mejor transformación».

«Siempre creí que nunca volvería a concentrarme en el pasado, pero al estar despierta toda la noche me di cuenta que ocasionalmente tengo que mirar hacia atrás, para recordar lo lejos que he llegado y lo lejos que estoy de ese lugar y esa persona que solía ser», reconoció en uno de sus tantos mensajes de superación en su cuenta de Instagram.

Fuente: Infobae